Haciendo Arte de la Vida
Para cuando Cortéz llegó a México, nuestros antepasados, los mexicas, conocidos como aztecas, ya eran guardianes de una tradición tolteca muy viva, asimilada desde tiempos anteriores, en la historia y evolución de la Ciudad de México, La Gran Tenochtitlan. Esta forma de vida dinámica forma un componente crítico del tesoro mítico que el conquistador Cortéz nunca encontró. Dentro del tesoro, dentro de esta forma de vida, está la supervivencia de nuestro pueblo.
La vida tolteca, en filosofía y práctica, tiene una característica definitoria. No importa lo que uno haga – dirigir ejércitos o lavar platos – uno lo hace con arte, delicadeza, elegancia y precisión – arte, artístico, con arte. Uno puede ver esta característica en el conserje que encuentra destellos y satisfacción en su trabajo, o en el empresario que trae éxitos a millones, o por supuesto, en la última canción de su banda favorita. El arte hace que el mundo gire.
“Hazlo artísticamente” describe esta creencia, pero la filosofía real es más como “Sé el acto, sé el arte”. Este conocimiento sienta las bases de nuestra supervivencia cultural y física, porque un trabajo a nivel artístico, en todas sus muchas formas, hace verdadero cambio, curación y evolución.

Nos tomamos un momento para saludar a los Antepasados por proporcionar esta forma de vida. No importa a lo que enfrentemos, como todos los humanos enfrentamos la adversidad, nos dieron una manera de abordarla con ARTE. Para aquellos de nosotros que sabemos que el arte es divino, ¿qué mejor manera de abordar las luchas de la vida?