Invocando Las Almas Al Altar
Hojas naranjas y ámbar, exótica difusión de olores fuertes, para llamar a los muertitos, así celebrando sus vidas y las nuestras…ya es hora, queridos lectores, del Día de los Muertos, 1 y 2 noviembre.
Nos alegra decirles que nos enviaron una leyenda que le ofrecemos a ustedes, en nombre de nuestros muertos.
La cuentacuentos Saltamontes, eterna aprendiz de la sabiduría ancestral y la vida tolteca, es una sanadora que reside y practica en los alrededores de Albuquerque. Estamos agradecidos a Saltamontes por recordarnos de donde vino esta flor y nos pinta el amor que le dio vida a la flor cempasúchil…

Cempasúchil
Una Bella Leyenda Convertida En Flor
Xochitl y Huitzílin se amaban desde que eran niños. Juntos crecieron la Flor y el Colibrí, y también su amor. Cada tarde subían a la cima de la montaña para llevar y ofrendar flores al Sol Tonatiuh.
El Sol padre parecía sonreír al regalo de los amantes que juraron amarse más allá del tiempo, más allá de la distancia, y más allá de la muerte.
Un día llegó la guerra y los amantes se separaron. Tristemente y pronto llegó la noticia de que Huitzílin había muerto en la guerra. Cuando Xochitl se enteró sintió que su corazón latía con demasiado dolor, subió a la montaña y desesperadamente le reclamó a Tonatiuh y le preguntó ¿Que sucedió? ¡Que ella no podría vivir sin él!
El padre Sol, conociendo la niña y su dolor, extendió uno de sus rayos para tocar y acariciar a la joven y en ese momento, ella se transformó en una flor de colores intensos como los rayos del tata Sol – rayos naranja y ámbar.
Entonces vino Huitzílin ya en su forma de Colibrí. Amorosamente se instaló en el centro de la flor y se unió eternamente en ella. Al instante, la flor se abrió en tupidos pétalos desprendiendo un aroma intenso y misterioso … acogedor y atrayente.
Así dicen que nació la flor de Zempaxochitl, la flor de los muertos.


